En la isla de Jura, que forma parte de las Hébridas Interiores, viven unas 200 personas y más de 5.500 ciervos rojos. La “, emplazada en un conjunto de antiguas construcciones de murallas blancas, con techos negros, ventanas rectangulares y altas chimeneas, que se yerguen majestuosas a mano izquierda de la calle, mientras que a la derecha se extiende la rocosa costa bañada por las aguas frías del Atlántico.
La destilería de Archibald Campbell inició su actividad en 1810, después de que en 1781 entrara en vigor un decreto que prohibía a los vecinos de la isla destilar su propio whisky. Al controlar entonces la familia Campbell la mayor parte de los negocios en la isla, resultaba lógico que su dominio abarcara la producción de whisky. Pero a comienzos del siglo pasado, los Campbell cerraron la destilería, quitando, además, los techos de los edificios, lo que, en virtud de una ley definía al techo como un requisito indispensable para que un edificio fuese catalogado como tal, les eximía del pago de impuestos. Como consecuencia de ello, la instalaciones de la destilería se deterioraron de forma considerable y lo que hasta entonces había sido el centro de Craighouse se fue convirtiendo en un sitio cada vez más inhóspito.
Hacia comienzos de los 60 del siglo 20, los empresarios escoceses Robin Fletcher y Tony Riley-Smith, decidieron poner fin al abandono y se propusieron devolver a la „“, que a partir de entonces pasó a elaborarse a una escala muy superior a la demanda de los isleños.
Actualmente, en la destilería de Jura se elaboran cuatro variedades de whisky: El „Origin“, un whisky de diez años, levemente turboso, que permite un excelente acceso al mundo de los de Jura, combinando el aroma de la barrica de roble con sabores de miel, caramelo y un toque de regaliz. El „Diurach’s Own“, de 14 años, está considerado como el whisky preferido de los vecinos de la isla. Tras madurar en barrica de roble de los valles, permanece dos años en barricas usadas previamente en la maduración del oloroso de Jerez, de lo cual resulta una armoniosa mezcla que remite a sabores como el chocolate oscuro, la naranja y la miel. En el „Superstition“, de 21 años, un sutil aroma de turba se conjuga con notas de miel, pino, sal marina y especias. El cuarteto lo completa la variedad denominada „Prophecy“.
Su nombre se deriva de una profecía según la cual la familia Campbell, tras haber gobernado con mano de hierro, lo perdería todo, hasta que el último de sus miembros, un hombre tuerto, abandonase la isla llevándose sus pertenencias en un pequeño carruaje tirado por un caballo blanco. Y, efectivamente, Charles Campbell, que había perdido un ojo en la Primera Guerra Mundial, se marchó de Jura en 1938. Tal y como lo indicaba su la profecía, el transporte de sus bienes lo realizó en un pequeño coche tirado por un caballo de blanco pelaje. El „Prophecy“ es el más turboso de toda la gama Jura, conjugando, además, el sabor a canela fresca y con el de la espuma de mar.
Los alambiques de la destilería de Jura son los segundos más altos de Escocia, lo cual, unido a la pericia de sus tres (maestros mezcladores) Willie Tait, Willie Cochrane y Richard Patterson, garantiza un destilado de singular suavidad. Para conseguir un exquisito producto final no es menos importante la adecuada selección de las barricas así como el áspero aire marino de la isla. Cada variedad tiene su propia nota de sal, con los respectivos grados de intensidad. De lo anterior se desprende que, además de los conocimientos en materia de destilación y de las barricas utilizadas, el entorno natural de la destilería es un factor determinante para la calidad del whisky que en ella se elabore. Y es difícil encontrar un lugar más adecuado para ello que la Isla de Jura.
Photos: Tim Adler
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